No existe un número mágico de redes sociales. Tampoco un número exacto de publicaciones que se deban hacer por día para lograr el efecto deseado.
Lo que sí existe es una estrategia personalizada y clara, que debe respetar unos patrones adaptados a lo que queremos, a lo que buscamos, a la hora de interactuar con las redes sociales. La aleatoriedad nunca trae nada bueno en el terreno de la comunicación, así que insistiré siempre en que la clave está en la planificación.
Partiendo de este concepto, para definir en cuántas redes sociales debemos tener presencia es necesario atender a cuatro pilares básicos: Tiempo, Objetivos a cumplir, Donde y Contenido.
Tiempo
Primero, de cuánto tiempo disponemos para trabajar nuestra identidad digital. ¿Trabajaremos día a día? ¿Lo haremos de manera semanal? ¿Qué ritmo de actualización vamos a llevar en redes sociales?
Una vez definido el tiempo, que en la mayoría de las ocasiones vendrá dado por el personal que destinemos a redes sociales (no es lo mismo tener un community manager en el equipo que subcontratarlo a una agencia, por ejemplo), pasaremos a analizar los objetivos a cumplir, lo que queremos conseguir de las redes sociales.
Objetivos a cumplir
¿Qué buscamos? Podemos apostar por iniciar una estrategia de expansión cuyo primer paso sea asentar la marca en las redes sociales consiguiendo seguidores, seguir con estrategias de expansión en busca de nuevos públicos y culminar transformando fans en clientes potenciales que consuman nuestros productos.
Donde
Definidos los objetivos, comenzaremos a descubrir cuáles son las redes sociales que más se aproximan a nuestras necesidades. Aquí es donde entra en juego el importante factor temática, pues no en todas las redes sociales vamos a encontrar siempre nuestro público objetivo.
Las redes sociales verticales o especializadas son entornos más apropiados para que ciertos públicos que no son de corte generalista tengan afinidad con nuestros contenidos, por lo que deben tenerse en cuenta a la hora de establecer nuestras estrategias de comunicación digital.
Contenido
Por último, el cuarto punto que se debe tener en cuenta es el tipo de contenido que movemos, que puede no adaptarse a una red social concreta, ya que no se utilizan las mismas estrategias en Facebook, en Twitter, en Linkedin y en Youtube, por poner tan solo cuatro ejemplos. Es fundamental separar entre plataformas para tener éxito.
Es fácil de comprender: aquellos responsables de comunicación digital que envían a Facebook los mismos mensajes que llegan Twitter comenten un error tremendo, pues la velocidad de la conversación en la plataforma de microblogging es mucho mayor que en la poblada red social de Zuckerberg. Así solo acabamos spameando al personal.
Cuatro factores para determinar el número de redes sociales que se deben utilizar para potenciar nuestra identidad digital o la de nuestra marca. En mi caso personal, las aristas principales de mi identidad digital son tres, Facebook, Twitter, LinkedIn, pero se complementan con otras plataformas como Slideshare y Youtube.